Este es el momento decisivo para elegir la casa o el departamento que tomará un lugar especial en tus recuerdos. Y para asegurarte de que estás apostando por la mejor oferta, te invitamos a plantearte lo siguiente:
La cantidad que destinarás al pago de la renta es el principal filtro para seleccionar un lugar. Sin embargo, toma en cuenta que si existen espacios que cumplen con tus expectativas, pero superan un poco tu presupuesto, puedes intentar negociar con el arrendador o reajustar tu presupuesto considerando las ventajas que ofrece este lugar. Por ejemplo, si en tu presupuesto estabas calculando costos de transporte que en esa ubicación disminuirían, tal vez puedas tomar parte del presupuesto de gasolina o pasajes y destinarlos a la renta.
Considera que todo cambio en tu presupuesto debe hacerse de tal manera que no afecte drásticamente tus finanzas. Recuerda, no se trata de elegir el más barato, a pesar de que no te ofrezca ninguna ventaja o se encuentre en condiciones deplorables, sino de mantener un equilibro entre el precio y los beneficios que buscas para tomar una decisión.
Una de las oportunidades que ofrece rentar es vivir cerca de las zonas de recurrencia. No la desaproveches y decídete por aquel espacio allegado al trabajo, la escuela o cualquier otro destino de tu preferencia.
Asimismo, elige de acuerdo a los servicios que te ofrece, como transporte público, áreas comerciales, hospitales, supermercados, restaurantes, parques, entre otros.
Además de los elementos de seguridad que debe tener el inmueble, es importante optar por una zona que te permita hacer tus actividades normales en cualquier horario, sin temor a sufrir cualquier tipo de agresión. Por ejemplo, que cuente con alumbrado suficiente y en funcionamiento, así como patrullaje frecuente de las autoridades.
Ten presente que en su mayoría, las zonas comerciales están más expuestas a incidentes que fraccionamientos o colonias con menor tránsito.
La calidad y el mantenimiento del lugar no solo son básicos para vivir de manera placentera, también por seguridad, pues un inmueble en malas condiciones puede poner en riesgo tanto a quien lo habite como a las personas aledañas.
En caso de presentar imperfectos, pregunta al propietario sobre una posible solución antes de mudarte, ya que una vez que te hayas instalado, los daños existentes que no se atendieron pueden convertirse en tu responsabilidad.
Aunque el tamaño puede no ser significativo si estás consciente del espacio que necesitas, la distribución toma un papel importante para tu comodidad. Algunos propietarios por el simple hecho de aprovechar un espacio y obtener una ganancia adaptan lugares que no son propicios para vivir dignamente. Por ejemplo, tener una cocina y un baño conjunto, no contar con lavadero para realizar actividades domésticas o que únicamente quepa la cama en toda la recámara.
Todo aquel beneficio extra que la propiedad te pueda brindar será un punto a su favor. Especialmente si no influye de manera considerable en el precio de renta, comparándolo con otros inmuebles que no los incluyen.
Si son varias las ofertas que proporcionan amenidades, como gimnasio, alberca, cámaras de vigilancia, roof garden, salón de fiesta, etcétera. Inclínate por aquellas que te sean de utilidad.
Varias de las propuestas pueden ofrecerte los mismos beneficios, incluso después de ser evaluados, lo cual hará más difícil identificar la mejor opción.
En este tipo de situaciones, te recomendamos apoyarte de una lista donde compares las opciones que has contemplado, junto con las particularidades que son de tu interés. Apóyate de las notas que tomaste en las visitas y la documentación fotográfica para tener un registro más completo.
Una vez que estés seguro de tu decisión, es momento de llamar al casero y arreglar la fecha para formalizar el acuerdo.